En el presente artículo se aborda el tema de
los instrumentos de evaluación, caracterizando algunos de ellos, de
acuerdo a las competencias que permiten evaluar. Contar con antecedentes como
los que se entregan en este artículo es fundamental para seleccionar el tipo de
instrumento a construir para evaluar el aprendizaje los
alumnos/as.
A través de la observación se obtiene información
sobre la conducta o comportamiento que los alumnos manifiestan espontáneamente.
Los instrumentos de observación es un tema que abordamos en
nuestro curso para
crear instrumentos de evaluación. Para aprovechar mejor la
información que pueden aportar estas observaciones, se pueden utilizar los
siguientes instrumentos:
– Las escalas de valoración. Contienen
una listado de rasgos en los que se gradúa el nivel de consecución del aspecto
observado a través de una serie de valoraciones progresivas (de nunca siempre;
de poco a mucho de nada a todo; etc.)
– Las listas de control. Contienen
una serie de rasgos a observar, ante los que el profesor señala su presencia o
ausencia durante el desarrollo de la actividad o tarea.
– El registro anecdótico. Que
consiste en fichas para recoger comportamientos no previsibles antemano y que
pueden aportar una información significativa para evaluar carencias o actitudes
positivas.
Cuaderno
El cuaderno
de clase del alumno es un instrumento de recogida de información muy útil para
la evaluación continua, pues refleja
el trabajo diario que realiza el alumno. A través de él se puede comprobar:
– Si el alumno toma apuntes correctamente.
– Su nivel de comprensión, de abstracción y que ideas selecciona.
– Su nivel de expresión escrita, la claridad y propiedad de sus expresiones.
– La ortografía, la caligrafía, la composición de frases, etc.
– Los planteamientos que hace de la información aportada, si ha entendido el
contenido esencial, si llega a ordenar y diferenciar los aportados
diferenciables en esos contenidos.
– Si incluye reflexiones o comentarios propios.
– Si amplía la información sobre los temas trabajados consultando otras fuentes.
– Si realiza esquemas, resúmenes, subrayados, etc.
– El cuidado o dedicación que emplea en llevar al día su cuaderno, etc.
Es
necesario establecer unos criterios previos que faciliten la valoración de
cualquiera de estos rasgos, evitando que ninguno de ellos por sí solos
determine la evaluación propiamente dicha.
Además,
desde el primer momento, se deberá informar al alumno de los aspectos que se
van a valorar en su cuaderno y, realizada la valoración, aprovechar el momento
de devolverlos para indicar cuales son los aspectos que lleva bien, en los que
está mejorando y los que más necesita trabajar o cuidar.
Para
sistematizar la recogida de la información que pueda aportar el análisis de los
cuadernos de clase es conveniente utilizar fichas o escalas que orienten sobre
los rasgos a valorar.
Exámenes tradicionales, en todas sus variedades,
tanto orales como escritos
Son
aquellas en las que la información se obtiene presentando al alumno una serie
de tareas o cuestiones que se consideran representativas
de la conducta a medir o valorar. A partir de la ejecución en las tareas
propuestas o de las respuestas generadas en el proceso de su realización, se
infiere la presencia o ausencia de esa conducta en los alumnos.
Se
caracterizan porque:
– Tratan de medir resultados máximos.
– Las condiciones de aplicación son estándares.
– Las tareas son uniformes para todos los alumnos.
– Los alumnos se dan cuenta de que están siendo examinados.
– Existen patrones externos que nos permiten realizar las medidas
Pertenecen
a este tipo de técnicas los exámenes
y demás pruebas escritas y orales, que también pueden resultar
unos instrumentos válidos para la evaluación
formativa, si se utilizan como fuente de información
complementaria y no única, y se entienden como medios para analizar y valorar
otros aspectos del trabajo de los alumnos.
En general,
se consideran especialmente indicados para evaluar las capacidades de:
– Recordar contenidos releva ntes ya trabajados.
– Asociar o establecer relaciones coherentes entre contenidos próximos.
– Expresar opiniones personales o juicios de valor sobre cuestiones básicas de
las materias tratadas.
– Ejercitar la atención, la observación, la memoria, la curiosidad, el análisis
reflexivo, etc.
Recordar
que al atender a los errores, incorrecciones u omisiones que se ponen de
manifiesto en los alumnos cuando se aplica esta clase de pruebas, se debe
actuar con una actitud más investigadora que sancionadora. Desde esta
perspectiva, tanto las respuestas correctas como las incorrectas aportan al
profesor una información valiosa para orientar su práctica, y al alumno para
corregir y superar sus deficiencias.
Existe una
amplia posibilidad para elaborar y realizar este tipo de pruebas, cada una de
ellas con ventajas e inconvenientes, por lo que es necesario seleccionar el
tipo en función de la capacidad que se desea evaluar, y combinarlas entre sí al
objeto de obtener la información más válida. A continuación se recogen algunas
pruebas, así como sus principales características.
a) Pruebas de composición y ensayo: Están encaminadas a pedir a los alumnos que organicen, seleccionen
y expresen las ideas esenciales de los temas tratados. Son, así mismo,
adecuadas para realizar análisis, comentarios y juicios críticos sobre textos o
cualquier otro documento, visitas a exposiciones y empresas, salidas
culturales, asistencia a conferencias, charlas-coloquio, etc.
b) Preguntas de respuesta corta: En
ellas el alumno debe aportar una información muy concreta y específica que
podrá resumirse en una frase, un dato, una palabra, un signo, una fórmula,
etc., evidentemente referidos a cuestiones de cierta relevancia. (Están
especialmente indicadas para trabajar cuestiones numéricas)
c) Preguntas de texto incompleto: Las
respuestas quedan intercaladas en el texto que se les presenta a los alumnos
(que deberá ser un enunciado verdadero al que le falten algunas palabras. Son
adecuadas para valorar la comprensión de hechos, el dominio de una terminología
exacta, el conocimiento de principios básicos, etc. Al redactarlas se debe
evitar copiar enunciados textuales y se presentarán en un lenguaje adaptado,
comprensible y que no añada mayor dificultad al contenido de la prueba.
d) Preguntas de correspondencia o emparejamiento: Consisten en presentar dos listas, A y B, con palabras o frases breves
dispuestas verticalmente para que los alumnos establezcan las relaciones que
consideren adecuadas entre cada palabra de la columna A con la correspondiente
de la B, argumentando la relación establecida entre las mismas. Al prepararlas
es conveniente incluir en cada ítem un número desigual de elementos entre las
columnas A y B para evitar que se establezcan relaciones por eliminación.
Están especialmente indicadas para tareas de memorización, discriminación y
conocimiento de hechos concretos.
e) Preguntas de opción múltiple: Constan de un tronco o base en el que se fundamenta el problema, y un
número indeterminado de respuestas opcionales de las cuales una es la correcta
y las demás son distractores.
Son recomendables para valorar la comprensión, aplicación, discriminación de
significados, etc.
f) Preguntas de verdadero – falso (justificadas): Pueden ser útiles para medir la capacidad de distinción entre hechos y
opiniones o para mejorar la exactitud en las observaciones, argumentando la
respuesta elegida.
g) Preguntas analogías/diferencias: Se pretende establecer clasificaciones o características entre
hechos, acciones… es un grado mayor de interiorización de los conceptos
adquiridos y se trabaja sobre todo la comprensión y el razonamiento.
h) Preguntas de interpretación y/o elaboración de gráficos, mapas,
estadísticas, etc.: Por un
lado, la elaboración de gráficos sirve para organizar y representar la
información con códigos no verbales, es decir, otras formas de expresión; y por
otro lado, la lectura e interpretación sirve para extraer conclusiones,
posibilitando la generalización de la información.
Cuestionarios
Sirve para
evaluar los conocimientos previos que tiene el alumno sobre una unidad
didáctica determinada.
Mapa conceptual
Es un
método para ayudar a educadores y alumnos a captar el significado de las
materias que se van a aprender.
Dirigen la
atención sobre el reducido número de ideas importantes en las que debemos
centrarnos.
Permiten
conocer qué sabe o comprende un alumno sobre una unidad cualquiera y permiten
detectar conexiones equivocadas entre conceptos.
Resolución de problemas explicitando los pasos
seguidos
Sirve para
verificar que el alumno ha comprendido y razonado la situación problemática y
su solución. Resaltar, que la importancia de este instrumento reside en la
justificación de los pasos seguidos para la obtención de un resultado.
Fichas de recogida de información
Este
instrumento tiene una doble utilidad:
Para el alumno: Sirve para sistematizar la recogida de información sobre pequeños
trabajos de investigación.
Para el profesor: Sirve como guía, a tener en cuenta, para valorar otros instrumentos.
Trabajos monográficos y pequeñas investigaciones
Este tipo
de tareas tiene como finalidad profundizar en algún conocimiento específico,
favorecer la adquisición de determinados procedimientos y desarrollar actitudes
relacionadas con el rigor, el gusto por el orden y la presentación correcta,
tanto del resultado, como del proceso de elaboración del mismo, etc.