La lectura es fundamental en la
vida de los niños. Si les leemos desde temprano, poco a poco iremos
infundiéndole la pasión por los libros. Ese universo alternativo que
discurre por las páginas de un libro también es una excelente herramienta para
educar, sobre todo en valores.
La obediencia de los niños a sus
padres.
El objetivo de que los niños se
porten bien no siempre es fácil de lograr. Una de las mayores metas de sus
padres consiste en que sean obedientes ante sus indicaciones y que
realicen sus tareas
diarias y demás responsabilidades. Si el momento en que tienen que guardar
sus juguetes o ir a bañarse o a dormir genera berrinches
y enfados de forma cotidiana, la situación se torna estresante tanto
para los pequeños como para los adultos.
Existe, de hecho, el
llamado trastorno negativista desafiante (TND), un problema
emparentado con el trastorno
por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Según la web
especializada TDAH y Tú,
el TND afecta a entre el 3% y el 8% de los niños y a entre el 30% y 50% de los
menores con TDAH. Ambos trastornos son más comunes en los niños que en las
niñas.
Más allá de esos problemas
específicos, es importante inculcar en los pequeños la importancia de la
obediencia ante las indicaciones de sus mayores. Un buen método para hacerlo
es a través del juego
y las actividades lúdicas, ya que de esta forma los menores incorporan
estos valores casi sin darse cuenta, mientras hacen algo que les gusta y se
divierten. Así, el mensaje calará en ellos más hondo que si lo reciben solo
como un discurso por parte de un adulto.
A continuación se enumeran cinco
juegos y actividades recomendadas para inspirar la obediencia en los
niños.
1. Un cuento sobre la importancia
de la obediencia
A los pequeños les encanta que
los adultos les cuenten historias. Y como muchos
cuentos incluyen una moraleja o un mensaje, se pueden aprovechar para
impartir una enseñanza, que los pequeños tal vez acepten con más facilidad que
los consejos directos de sus padres.
Hay infinidad de cuentos
sobre la obediencia en sitios como Cuentos
infantiles cortos, Cuentos para
dormir o Cuentos cortos.
Los cuentos se
pueden narrar en diferentes momentos del día: antes
de dormir, después de la comida o la merienda, en un espacio dedicado a los
juegos, etc. Para reforzar el mensaje del cuento, es posible añadir una
actividad adicional, como pedir al pequeño que dibuje
y coloree los personajes de la historia, la casa en la que viven, etc.
2. Juego del semáforo
Este es un juego popular y muy
divertido, en especial para cuando hay varios niños en un
espacio al aire libre o más o menos amplio.
Su dinámica es sencilla. Un
adulto se coloca en un extremo del sitio y todos los menores, uno al lado del
otro, en el extremo contrario. El adulto oficiará de "semáforo".
Cuando diga "luz verde", los niños podrán avanzar, pero cuando
pronuncie "luz roja" deberán detenerse. Los que sigan avanzando tras
la orden de parar quedarán descalificados. Gana el jugador que primero llegue a
la línea de meta... o el único que no quede eliminado antes de tiempo.
Existen muchas versiones de
este juego. El semáforo puede dar sus indicaciones de otra manera (como subir y
bajar carteles rojos y verdes), dar la espalda a los pequeños cuando está
"en verde" y mirarlos de nuevo al ponerse en rojo, etc. Este último
modo se ve en una famosa escena de la película 'El orfanato', de 2007,
protagonizada por la actriz Belén Rueda.
3. Juego de la silla
Al igual que el anterior, este
juego es muy popular y premia a los niños que con mayor rapidez obedecen una
indicación.
Se forma una especie de corrillo
de sillas, una menos que el total de menores participantes en el juego. Luego
se hace sonar música y
los pequeños deben comenzar a dar vueltas alrededor de las sillas. En el
momento en que la música para, deben correr para ubicarse en los asientos. Como
hay una silla de menos, uno de los niños no se podrá sentar: quedará
descalificado. Para la siguiente ronda se quita otra silla, de tal modo que
siempre haya una de menos, hasta que un último pequeño resulte ganador.
4. Cada cual a su tarea
Este juego es muy simple. La
persona adulta elegirá un momento del día y le explicará al niño que será, para
ambos, el rato de las actividades que no les gustan. La madre o el padre
desempeñará alguna labor doméstica que no le resulte agradable (barrer, lavar
los platos, planchar, etc.) y enseñará con el ejemplo al menor que las tareas
menos divertidas también hay que hacerlas. Así, al mismo tiempo, el pequeño
tendrá que hacer
los deberes de la escuela, ordenar su cuarto, bañarse o lo que le
corresponda.
5. Una tabla de puntos
El uso de una tabla
de puntos ayuda a llevar un registro de la conducta del niño y así
valorar en qué medida obedece a sus padres, e incluso si merece o no algún tipo
de premio
o recompensa por su comportamiento. La tabla se colocará en un sitio
visible, para que el pequeño la recuerde y la pueda consultar siempre que lo
desee. Lo más apropiado será que la tabla tenga un carácter más bien
lúdico y que los resultados se representen con caritas sonrientes o
tristes (como emoticonos), para que el menor la entienda sin problemas y la vea
como algo cercano y familiar.