Relación entre evidencias y evaluación formativa | MINEDU


Relación entre las Evidencias y la Evaluación Formativa
La evaluación no puede impulsar el aprendizaje si se basa en tareas o preguntas que distraen la atención de los verdaderos objetivos de la enseñanza. Históricamente, las pruebas tradicionales a menudo dirigían erróneamente la enseñanza cuando se centraban en lo que era más fácil de medir en vez de centrarse en lo que era importante aprender. La enseñanza en clase debe ocupar a los estudiantes en actividades de aprendizaje, las cuales representen posibles actuaciones referidas a los propósitos reales del aprendizaje. Si queremos que los estudiantes sean capaces de leer libros, periódicos y poemas, ellos deben en realidad hacer eso, por lo que no hay que darles materiales abreviados y simulados, excepto cuando queramos adaptarlos a su edad. De igual modo, en Ciencias, si queremos que los estudiantes sean capaces de razonar y usar el conocimiento científico, entonces debemos darles la oportunidad de explicarse cómo funcionan las cosas, realizando investigaciones y elaborando explicaciones con sus propias palabras, para que así conecten sus experiencias con las teorías del libro de texto. La evaluación, entonces, debe realizarse como parte de estas actividades de aprendizaje significativo. Si los estudiantes realizan un proyecto de investigación en Historia o muestran a la clase cómo resolvieron un problema de Matemáticas, entonces la tarea de la enseñanza es la labor de la evaluación.

Enseñar y evaluar para que haya transferencia se refiere a la capacidad de utilizar nuestro conocimiento en contextos nuevos. La transferencia es obviamente una meta del aprendizaje. ¿De qué sirve el conocimiento si no podemos acceder a él o no podemos aplicarlo? Sin embargo, los estudios de la capacidad de los estudiantes para utilizar información pertinente incluso de una lección reciente en la que hubo aciertos son notoriamente decepcionantes. La transferencia se ve inhibida cuando los estudiantes aprenden de memoria y se someten a rutinas mecánicas para resolver problemas sin pensar.

Dar clases para que haya transferencia requiere que la enseñanza inicial se centre en la comprensión. También significa trabajar claramente para ampliar la comprensión de los estudiantes. Por ejemplo, debe ser algo común —tan pronto como se vea que los estudiantes han dominado un nuevo tipo de problema o una manera de resolver un problema— que los maestros hagan una nueva pregunta relacionada con ese conocimiento, pero lo amplíe.