Muchas veces tenemos dificultades para
sistematizar nuestra práctica pedagógica y una de las razones es la ausencia de
evidencias, por eso recomendamos que el registro de evidencias debe ser un
proceso ordenado y sistemático.
¿Qué es una evidencia? Una evidencia es una
prueba verificable, es decir nos permite comprobar lo ocurrido. Por ejemplo un
organizador visual elaborado por los estudiantes, nuestro registro anecdótico,
las sesiones de clase, los instrumentos de evaluación aplicados, lista de
control de asistencia, etc.
Para un registro adecuado es necesario
establecer una clasificación, la cual puede ser:
- ·
Documental: todo tipo de
documento que elaboramos para el logro de aprendizaje de los estudiantes. Por
ejemplo: unidades, sesiones, instrumentos de evaluación, planes de trabajo,
etc.
- ·
Proceso: este tipo de evidencia
básicamente corresponde al registro de las actividades que realizan nuestros
estudiantes para el logro de sus aprendizajes, los cuales se registran a través
de fotografías y videos. También se puede clasificar en esta parte a otras
actividades como actividades institucionales, talleres con padres de familia,
olimpiadas, etc.
- ·
Productos: resultado obtenidos
de los procesos desarrollados. Por ejemplo: resultados de evaluación, cuento
elaborado por los estudiantes, informe de laboratorio, control de lectura, mapa
conceptual, etc.
Luego de establecer algún tipo de
clasificación, procedemos a registrar las evidencias la cual puede ser:
- ·
Físico: archivo documental,
portafolio docente, inventario de instrumentos de evaluación, etc.
- ·
Digital: generalmente se
archivan en algún dispositivo como memoria USB, disco duro externo o similar,
pero también es recomendable usar los servicios de almacenamiento en línea como
OneDrive, GDrive, Dropbox, etc.