¿Qué se entiende por Aprendizaje?
Etimológicamente, aprender proviene del latín apprehendere:
atrapar, asir, agarrar. Y según el diccionario de la Real Academia
Española contiene varias acepciones, pero tomaremos “Adquisición por la
práctica de una conducta duradera”.
En este sentido, entre la variedad de definiciones
encontradas sobre el concepto de aprendizaje, y a modo de resumen, en el
documento Definiciones Aprendizaje.pdf que encontraréis justo debajo se
especifican algunas acepciones más sobre este vocablo, que como bien
describe Domjan (2007) “es una experiencia humana tan habitual
que apenas se reflexiona sobre lo que significa haber aprendido algo”.
El proceso de aprendizaje
Sabemos que la adquisición del conocimiento es un acto que
se realiza durante toda la vida y a través de la experiencia. Según Marqués
(2010), para aprender se deben realizar los siguientes procesos:
- Acceder a la información
- Procesar y comprender la información
- Memorizar a largo plazo
- Transferir el conocimiento a nuevas situaciones
Pero no todas las experiencias que tenemos logran ser
aprendidas. Así, las conductas pueden ser innatas: (no necesitan aprendizaje) o
adquiridas (conductas aprendidas mediante la experiencia).
“El aprendizaje ocurre cuando alguien quiere aprender algo,
no cuando alguien quiere enseñar” Roger Schank
¿Cómo aprendemos?
Gutiérrez (2013) detalla que conociendo cómo funciona el
cerebro se puede llevar a cabo un aprendizaje más efectivo. A este
respecto, esta autora señala algunos principios
básicos a tener en cuenta como por ejemplo: que lo que vemos no es
exactamente lo que nuestro cerebro ve; que el orden de los contenidos influye
para su procesamiento al igual que el ambiente que rodea al alumno;
cuánto tiempo estamos prestando atención a un determinado tema o que la
participación activa del estudiante promueve el aprendizaje; (Si pincháis en
“principios básicos” podréis encontrar información más detallada sobre los
principios básicos del aprendizaje).
Igualmente, Cody Blair nos indica, a través de la pirámide
del aprendizaje, la manera en que aprenden y recuerdan los estudiantes en
función de las actividades que realizan. De la imagen se desprende que cuando
se involucra al estudiante en el proceso de aprendizaje el porcentaje de
retención es mayor que si el estudiante es un sujeto pasivo.
Estudiante del siglo XXI
En este contexto, los estudiantes que conforman las aulas
universitarias son los denominados “nativos digitales” o “millennials”, es
decir, jóvenes que nacieron entre los años 1980 y 2000, y que han estado
rodeados de dispositivos de comunicación, pantallas, internet (Valdés, 2015).
Esta misma autora considera que los nativos
digitales se sienten más cómodos cuando:
- La información se les presenta en formato digital
- La información y las actividades son significativas
- Son partícipes de su propio aprendizaje, ofreciéndoles la posibilidad de liderazgo
- Trabajan en equipo
- Las explicaciones son claras
- Con horarios flexibles
Así pues, las características que definen a los discentes
del siglo XXI, según Tourón (2015), serían estudiantes que:
- Se mueven y experimentan
- Orientados al proceso y al producto
- Enriquecidos por la tecnología multimedia
- Con aprendizaje colaborativo
- Solucionadores de problemas
- Hacen preguntas
En este mismo orden de ideas, Prensky (2011, p. 13) tras
realizar entrevistas a casi mil estudiantes de todo el mundo y de diferentes
edades, situaciones económicas, clases sociales, ha apreciado que las
necesidades de los estudiantes de hoy son (ver imagen “lo que necesitan los
alumnos de hoy…” según Marc Prensky).