El objetivo de la grafomotricidad es que el niño adquiera
las habilidades necesarias para que llegue a expresarse por medio de signos
escritos, mediante ejercicios que permitan el mayor dominio del antebrazo, la
muñeca, la mano y, sobre todo, los dedos. El niño controla cada vez más su
cuerpo. El control del trazo se transforma en el último escalón del desarrollo
grafomotor. Partimos del trazo prácticamente libre, que permite al niño dominar
el espacio y adquirir soltura con los utensilios básicos, para ir introduciendo
progresivamente pautas y trazos dirigidos. Es necesario seguir una serie de
pautas: · Manejo de útiles: los primeros son la mano, los dedos, esponjas,
tizas, pinceles gruesos, ceras, los últimos son los lápices. ·
Desplazamiento
correcto en el espacio gráfico: izquierda-derecha, arriba-abajo. · Movimientos
de base: empezar con trazos verticales, (de arriba abajo), horizontales (de
izquierda a derecha), oblicuos, bucles… hasta llegar a adquirir la imagen
motriz de las letras, sílabas, etc. Todos los ejercicios se harán de forma
libre, sin marcar límites y de forma dirigida. La adquisición de la
lecto-escritura es un proceso complejo que implica muchos aprendizajes y
descubrimientos previos. En esta etapa deben explorar y descubrir los usos de la
lectura y la escritura como fuente de placer, fantasía, comunicación,
representación e información, es donde se han de consolidar estas premisas para
las adquisiciones posteriores.
Grafomotricidad neuroescritural aquí